Esos momentos en los que un beso, una caricia o una mirada tuya hace que los nervios alojados en mi estómago estallen en cientos de mariposas volando por todo mi cuerpo, haciendo que cada uno de mis vellos se erice; que mi corazón explote en un sinfín de acelerados latidos de manera que parezca que va a salir despedido de mi pecho; que mi mente no pueda pensar nada más que en ti.
Esos momentos en los que el resto de la gente y de las cosas que nos rodean desaparecen por completo para dar paso a un "tú y yo", a un "nosotras"; momentos en los que el tiempo se detiene y en los que nada más existe.
Sí, esos momentos que experimento todas y cada una de las veces que estoy contigo. Momentos que no cambiaría por nada porque son los que hacen del "nosotras" lo que es: algo especial.
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