Hay momentos en los que la vida te sorprende con la visita de alguien desconocido. Visita que piensas que solo durará unos días y luego volverá a irse pero, ¿qué pasa si de repente te das cuenta de que ha venido para quedarse? Lo malo es que esto ocurre cuando te encuentras a la espera de otra persona y no te das cuenta de que esa otra persona a la que esperabas era, en realidad, la de la visita inesperada... Irónico y bastante confuso, ¿verdad? Así somos los seres humanos, nos complicamos la vida nosotros solitos, lo enredamos todo y luego no sabemos arreglárnoslas para salir de ese enredo. Nos aferramos tanto a la búsqueda de ese "alguien especial" que cuando llega estamos tan ciegos que seguimos esperando, aunque ya lo tengamos delante de nuestras narices. Y así es como dejamos escapar las oportunidades. Así es como dejamos escapar esos trenes que probablemente sean los que nos lleven por el camino de la felicidad. Así es como dejé escapar yo el mío... ¿Por qué? Mie