Estando a pocas horas de que acabe este año 2012 en el que me han ocurrido
mil cosas y he vivido mil y una experiencias; en el que he conocido a nuevas personas que ya forman parte de mi vida y a otras que, tal y como llegaron, se fueron; en el que he experimentado nuevas relaciones y he acariciado nuevos cuerpos, resulta que lo único en lo que mi mente puede pensar es en ti... Porque eres TÚ quien ha ocupado gran parte de mis pensamientos a lo largo de este año, a lo largo de estos dos años que hace ya que te conozco; cómo pasa el tiempo y, sin embargo, tú no lo haces, pues sigues aquí, dentro de mí y por mucho que quiera no parece que pueda dejarte marchar. Sé que eso es lo que tú quieres, marcharte y dejarme, parece que ya lo has conseguido, ¡enhorabuena!, pero para mí no será tan fácil... Y puede que nunca lo consiga del todo pues, en cierto modo, creo que parte de ti seguirá viviendo en mí porque, si bien hay personas en este mundo a quienes nunca podré olvidar, ten por seguro que tú estás entre ellas...
Aprovecho la ocasión para despedir a este año cargadísimo de emociones y sentimientos, de sonrisas y de llantos, de alegrías y de lamentos, confiando en que en el nuevo año, el tan esperado 2013, se cumplan la mayoría de las expectativas que estamos poniendo en él... Como siempre, espero mucho de las personas y de los momentos en sí, pero sé que alguna vez esa espera valdrá la pena, pues confío en que tarde o temprano me veré recompensada por las toneladas de paciencia que deposito tanto en las personas como en el tiempo, ese que me vuelve loca y con el que intento aprender a convivir en lugar de tanto luchar.
Adiós, 2012, gracias por los grandes momentos que he vivido y, sobre todo, por las personas especiales que los han protagonizado.
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