Y aquí me encuentro una vez más frente a este mar que sigue siendo mi compañero más fiel para estas noches solitarias. Él que es el único que permanece en su lugar, el único al que encontraré siempre porque nunca abandona su puesto. Él, el único al que puedo recurrir sin importar la hora ni el momento. Él que con su vaivén -a veces calmo, a veces agitado- ahoga con el sonido de su oleaje el eco que forman mis lágrimas al caer. Lágrimas que caen para intentar consolar a este corazón al que han partido de nuevo en miles de pedazos. Pedazos irregulares y cortantes que ya habían sido remendados antes, y a los que les costará un mundo tomar de nuevo la forma original de este ahora maltrecho corazón...
Caracola a la que quieres tener en tu vida por los siguientes motivos: - Porque te hace llorar de alegría cuando vuelves a verla y luego te hace llorar cuando se va y sabes que la vas a echar tanto de menos que no puedes evitar ponerte triste de antemano. - Porque te lo pasas genial con ella. - Porque es tan "lenda" que es imposible enfadarse con ella. - Porque hace que adores la forma en la que se ríe y que no puedas evitar reírte con ella. - Porque te da envidia lo bien que habla español y lo rápido que lo aprende (sobre todo para lo que le interesa). - Porque te ayuda a mejorar tu italiano cuando estás borracha. - Porque se ha vuelto tan importante para ti que sabes que no la vas a olvidar nunca. - Porque es alguien muy especial con la que has pasado muchos y muy buenos momentos. - Porque ya no imaginas tu vida sin tenerla "a tu lado". - Porque siempre tiene un abrazo listo para darte...
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