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- Adiós, 2012. ~

Estando a pocas horas de que acabe este año 2012 en el que me han ocurrido
mil cosas y he vivido mil y una experiencias; en el que he conocido a nuevas personas que ya forman parte de mi vida y a otras que, tal y como llegaron, se fueron; en el que he experimentado nuevas relaciones y he acariciado nuevos cuerpos, resulta que lo único en lo que mi mente puede pensar es en ti... Porque eres TÚ quien ha ocupado gran parte de mis pensamientos a lo largo de este año, a lo largo de estos dos años que hace ya que te conozco; cómo pasa el tiempo y, sin embargo, tú no lo haces, pues sigues aquí, dentro de mí y por mucho que quiera no parece que pueda dejarte marchar. Sé que eso es lo que tú quieres, marcharte y dejarme, parece que ya lo has conseguido, ¡enhorabuena!, pero para mí no será tan fácil... Y puede que nunca lo consiga del todo pues, en cierto modo, creo que parte de ti seguirá viviendo en mí porque, si bien hay personas en este mundo a quienes nunca podré olvidar, ten por seguro que tú estás entre ellas...

Aprovecho la ocasión para despedir a este año cargadísimo de emociones y sentimientos, de sonrisas y de llantos, de alegrías y de lamentos, confiando en que en el nuevo año, el tan esperado 2013, se cumplan la mayoría de las expectativas que estamos poniendo en él... Como siempre, espero mucho de las personas y de los momentos en sí, pero sé que alguna vez esa espera valdrá la pena, pues confío en que tarde o temprano me veré recompensada por las toneladas de paciencia que deposito tanto en las personas como en el tiempo, ese que me vuelve loca y con el que intento aprender a convivir en lugar de tanto luchar.

Adiós, 2012, gracias por los grandes momentos que he vivido y, sobre todo, por las personas especiales que los han protagonizado.

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Relatos cortos...√

Que de la longitud no depende la valía de un relato lo sabemos bien. Que nuestro relato lleva escritas apenas unas pocas líneas, también. Que del futuro no sabemos nada estamos seguras, pero lo que sí sé yo es que quiero caminar a tu lado convirtiendo este pequeño relato en una novela de cientos -o miles- de páginas; páginas que iremos escribiendo con cada paso que demos, porque quiero descubrir qué me depara esta historia que, hasta ahora, no ha dejado de emocionarme.

Mi bailarina de emociones...√

Y de pronto me hallo pensándote sin saber siquiera que te encontrabas danzando por aquí, por mi cabeza; sin saberte la bailarina protagonista del escenario de mi memoria, aquella en la que sigilosamente has creado un refugio que crece más y más, y que va proyectando tu imagen a su antojo. Te has convertido en esa hermosa bailarina de emociones que aparece y desaparece intermitentemente llevándose todos mis pensamientos para llenarlos de ti. Y entonces, al pensarte, te recuerdo. Te recuerdo y vuelvo a sentirte. Vuelvo a tocarte. Vuelvo a besarte y a acariciarte. Vuelvo a sentir mariposas flotando en mis entrañas. Y ahí aparece de nuevo el ansia por verte; el echarte de menos; el anhelar tus labios y el calor de tu presencia.

*¿Iguales? Lo dudo mucho.

Nunca me había dolido tanto que me compararan con alguien a quien ni siquiera conozco, y mucho menos el que me dijeran las palabras "son iguales", palabras que sé, con absoluta certeza, que no son ciertas. De haberme hallado bajo la luz de los focos, ese dolor habría sido claramente palpable en mi mirada. No habría sido capaz de esconderlo, me encontré totalmente desarmada y desprovista de todo disimulo en esos momentos.  Mis nervios me fallaron. Aguanté las lágrimas, pero algunas rebeldes afloraron a pesar de mi resistencia, no recuerdo si lo hicieron en ese preciso instante, creo que supe guardarlas durante un rato, pero escaparon más adelante en contra de mi voluntad. Y también lo hicieron después, en varias ocasiones, hasta que llegó el momento en el que ella secó la última de mis lágrimas -de esa noche, al menos.  Desde ese instante, empecé a actuar como si nada pasara durante el resto de nuestro encuentro, que duró hasta el beso de la despedida -siempre el más dur