Lo que sí puedo hacer es prometerte que hallarás mi mano tendida al otro lado del camino en caso de que la necesites. Aférrate a ella cuando tengas miedo o cuando creas que vas a caer, pues no lo permitiré; y si es algo que escape a mi control, te aseguro que haré lo que esté en mi mano para ayudarte, para protegerte, para cuidarte.
Que de la longitud no depende la valía de un relato lo sabemos bien. Que nuestro relato lleva escritas apenas unas pocas líneas, también. Que del futuro no sabemos nada estamos seguras, pero lo que sí sé yo es que quiero caminar a tu lado convirtiendo este pequeño relato en una novela de cientos -o miles- de páginas; páginas que iremos escribiendo con cada paso que demos, porque quiero descubrir qué me depara esta historia que, hasta ahora, no ha dejado de emocionarme.
Comentarios
Publicar un comentario